lunes, 9 de abril de 2012

Argentina: Eso de tapar el sol....(Hubo mujeres que fueron tildadas de locas y luego revolucionaron en la lucha por el cumplimiento de los Derechos Humanos. Hay médicos/as tildados de locos que están revolucionando la atención de la salud dentro y fuera del consultorio)...Agencia Rodolfo Walsh

(Hubo mujeres que fueron tildadas de locas y luego revolucionaron en la lucha por el cumplimiento de los Derechos Humanos. Hay médicos/as tildados de locos que están revolucionando la atención de la salud dentro y fuera del consultorio)



Eso de tapar el sol....

Argentina salió de una de las mayores crisis de su historia, de un modo estable pero extremadamente inequitativo. Así, comparar cifras entre 2001 y 2011 es ocioso ya que, por ejemplo, el índice de Gini es el mismo que en 1994. Si puede decirse que "el país mejoró",- porque hay menor desocupación e indigencia- también debe establecerse que la mejora de la economía dista de reflejarse en el bienestar de la población.
Para peor, Argentina sacrificó su organismo de estadísticas en función de retocar los "números", al punto que ya ni los especialistas más afines al oficialismo confían en ellas.

elrotonorentable



(Para ver todo el boletín de salud)
Por Gonzalo Moyano, médico

El desempleo sigue siendo alto (aunque haya mejorado en cifras absolutas de empleo formal, el 45% de los trabajadores están precarizados y muchos de ellos son del área de la salud), y la inflación es cercana al doble de la oficial.
A esto se suma que los grandes números ocultan características estructurales desfavorables de la concentración de la economía y de la distribución del ingreso.
Esta cuestión estructural ha tenido extrema relevancia histórica en el área de la salud y aún más en los últimos años. De hecho, salvo un puñado de funcionarios actuales y algunos ex funcionarios, en general todo el sanitarismo de Argentina está de acuerdo en que el área de salud responde al peor desempeño del actual gobierno.
Argentina gasta de un modo estable, desde hace por lo menos dos décadas. Cerca de un 10% de su PIB en salud, pero sólo una quinta parte es aportado por el Estado. El resto lo hacen las Obras Sociales Sindicales, empresas de medicina privada (que atienden a un 5% a 7% de la población) y además un 50% es tristemente, sacado del bolsillo de la población. Esto no quiere decir que sea el único aporte, dado que el "consumidor" paga sus impuestos para sostener los gastos del Estado, sumando el 3% a 6% a las "obras sociales" y realiza también el aporte patronal cuando es contratado y más.
Las medidas que ha tomado este gobierno son "generales" y "específicas del área". Sin embargo todas ellas son focalizadas para tratar de amortiguar algunos efectos de la inequidad que no enfrenta.

Respecto de la salud:

1) Se habla de la enorme importancia de la llamada Asignación Universal por Hijo. Más allá de las virtudes que podría tener o no, en el área de la salud es, además de insuficiente, discriminatoria y burocrática. Para que el/la beneficiario/a pueda acceder a su cobro (ya disminuido por la inflación) debe cumplir con requisitos que no se les exige a quienes tienen trabajo formal (realizar controles de salud y acreditar la asistencia a la educación), lo cual constituye un trato discriminatorio, exigiendo que demuestren ser "mejores padres" que las familias con trabajo formal. Todo esto no solo obliga al "beneficiario" a realizar esfuerzos abusivos e inapropiados.

2) Las políticas de salud que el gobierno exhibe, son focalizadas e ineficaces. El Programa Remediar es discriminatorio, burocrático y costoso, dado que tiene "botiquines" formalizados sin tener en cuenta las diferencias regionales, hay demoras en las entregas, los insumos suelen ser insuficientes y por razones inexplicables se niegan a comprar al propio Estado. La "ley de prescripción por su nombre genérico" (mal llamada Ley de genéricos, que no existe) no aportó los beneficios que el Ministerio se arroga dado que el mercado de los llamados genéricos ya era de un 15%, en ese momento (y mucho más ahora) el 7% lo producía el Estado y el 35% es consumido por usuarios de PAMI, que ha bloqueado la aplicación de la ley entre ellos.

Por otro lado, luego de 10 años de insistencia, se logró aprobar, en 2011, la "ley de Producción Pública de Medicamentos", a la que el Ministerio se opuso siempre. Pero aún no se reglamentó, cuando el gasto en medicamentos, que representa el 35% del gasto total (la OMS recomienda que sea menor al 20%) y el 50% es gasto de bolsillo. Vale destacar que la aprobación de la ley tuvo casi unanimidad salvo 3 votos desfaborables. Una situación que agrava más aún la falta de medicamentos y la evitable erogación desmedida del Estado.

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La estrategia neoliberal en salud
Por Jorge Rachid, médico

"Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos - y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras... Dejan de investigar las industrias porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento".Richard J. Roberts -premio Nobel de Medicina

En las jornadas trágicas del 2001 cuando el pueblo decidió terminar con las políticas neoliberales, que asfixiaban a los argentinos y liquidaban la soberanía nacional, los hospitales argentinos sufrieron la falta de suministros, en especial medicamentos, para la atención de enfermos y necesitados. Los laboratorios nacionales y multinacionales apropiadores sobresalientes de la concentración de la riqueza, con ganancias enormes, que habían solicitado la ayuda de los legisladores para evitar una ley de patentes que los hacía desaparecer del mercado, dejaron de entregar medicamentos ante las dificultades de pago que afrontaba la Nación y las provincias argentinas.
Fue cuando los trabajadores de la salud de todo el país, con esfuerzo solidario y compromiso con el pueblo incentivaron la producción pública de medicamentos, en su modalidad copias, mal llamadas genéricos, para la provisión hospitalaria. (...)Si el mercado sin estado es mercado negro, en salud es sinónimo de muerte.
De ahí que la producción pública de medicamentos es mucho mas que una provisión hospitalaria o una demanda direccionada según reclame la necesidad, es un ejercicio de soberanía nacional que implica capacidad de decisión política ante las extorsiones internacionales, que pretenden una agenda sanitaria que responda a patrones ajenos a nuestras necesidades. Ahí están desde la gripe aviar a la pandemia vergonzosa vigorizada por la industria farmaceútica multinacional, en particular la mayor productora de vacunas.
Los niveles de precios de los medicamentos, que en nuestro país hasta triplican los mismos de otros países, la instalación del consumo del medicamento como cultura sanitaria junto a la tecnología médica de alta complejidad vendida como panacea de los milagros, antes que de herramientas efectivas en determinados tipo de diagnósticos.
(...)El neoliberalismo derrotado políticamente en el 2001, sigue vigente en salud. La fragmentación de los sistemas hospitalarios, llegando a la municipalización en un grado de injusticia que los argentinos no debemos admitir, hasta la desregulación de la obras sociales con el ingreso abrupto de las prepagas en el sistema solidario que canibalizó al movimiento obrero en el traspaso compulsivo de afiliados, desfinanció el sistema por los sistemas gerenciales de gestión igual que al PAMI en su momento, le hizo perder identidad al beneficiario que ahora es por ejemplo un bancario desregulado en mecánicos y al perder identidad perdió el poder del reclamo de lo propio, de su obra social.
(...)Se sigue adelante con el seguro nacional de salud que planteó el Banco Mundial, de control financiero antes que una política nacional que restaure la fragmentación y comience a reconstruir la justicia social. Que el recién nacido de Formosa tenga la misma expectativa de vida que el nacido en CABA , Rosario o Córdoba y no hasta diez años menos como tienen hoy. Se siguen financiado programas que al ser paralelos desvirtúan las políticas nacionales, pagando además los salarios de los agentes estatales que los ejecutan, constituyendo en muchos caso trabajo en negro, al que queremos combatir, por ser el eje el insolidario por excelencia por producir desamparo social. Se insiste con la incorporación de medicamentos de última generación. Por anexo uno del ANMAT que desde sus inicios, de la mano de la industria plasmó en una resolución la entrada al país libre de medicamentos aprobados por la FDA de EEUU, la Unión Europea y Japón, hoy estamos planteando su derogación para recuperar soberanía en la determinación de su ingreso al país.
Seguimos siendo el país que mas gasta en medicamentos en función del gasto total en salud. Tenemos mas recursos que cualquier otro país de América latina destinado a la salud en función del número de habitantes, sin embargo los indicadores no son mejores a otras latitudes, pese a que se han producido enormes avances desde determinantes ajenos al sector salud como agua corriente y cloacas hasta la asignación universal por hijos y madres embarazadas que desde el punto de vista sanitario y educativo ha sido de un impacto formidable, con fuerte repercusión social y movimientos positivos de los indicadores. Ubicar en este plano la necesidad de un Plan Nacional de Salud es empezar a plantear un tema que no figura en agenda aún, que se maneja con baches informativos, intencionados, que privilegian la no confrontación al cambio de escenario, la inauguración de hospitales para atender la enfermedad antes que un plan de salud que la fortalezca, con inversión en prevención y detección precoz, de seguimiento de enfermos crónicos con medicación de alcance a la totalidad del universo listado, recuperación de discapacitados, eliminación de la ley 24557 de accidentes de trabajo que desampara a los trabajadores y la enfermedad profesional, siendo ésta una verdadera columna vertebral del neoliberalismo junto a las AFJP ya eliminada.
La ley de PPM, la ley de derechos de los pacientes, el decreto ley de trazabilidad, la ley de prepagas entre otras pretendieron asomarse a los temas de fondo. Estos siguen siendo un desafío abierto a la lucha política que no se resuelve por la eliminación del otro sino por el rol del estado en cumplimiento de un derecho humano esencial, quizás el mas esencial junto a la vida que es la salud.
(...)Este desafío es parte de la batalla cultural ya que la cultura sanitaria en nuestro país es de fuerte raigambre solidaria por lo cual fortalecer los sistemas solidarios y desagregarlos de los sistemas de lucro es parte del dilema a resolver. Regular a fondo sobre la política de medicamentos para evitar las distorsiones existentes va de la mano con protocolizar los procedimientos médicos que impidan la demanda abusiva de estudios complementarios. Tomar decisiones sobre los medicamentos de alto costo y baja incidencia que deben ser centralizados por el estado que en definitiva termina pagando a través de los sistemas solidarios. Entre otras terminar con los sistemas quioscados hospitalarios y reinstalar la conceptualización y la práctica del médico generalista con las cuatro clínicas básicas desarrolladas en un proceso de humanización de la práctica médica, que fue arrasado por las concepciones neoliberales de la medicina a demanda.


 Agencia Rodolfo Walsh

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