1.
Andrés Manuel López Obrador ha denunciado una nueva guerra sucia de los
medios de información, así como del PRI y del PAN, ante el crecimiento
del movimiento estudiantil y juvenil en México y de su misma candidatura
presidencial, tanto en las concentraciones como en las encuestas. Pero
“no les va a funcionar su nueva guerra sucia”, dijo López Obrador, a
quien las encuestas sitúan en segundo lugar para los comicios del 1 de
julio, detrás de Enrique Peña Nieto, impulsado por Televisa y el PRI.
Dice AMLO: “Primero van a ver si pueden detener la caída de Peña Nieto
con la guerra sucia -que ya está muy difícil porque va en picada- y si
ven que con eso no pudieron van a apostar al fraude”. AMLO divide
correctamente la guerra sucia -que se registra en las campañas- y los
comicios el día de las elecciones. El PRI en 70 años nunca hizo caso de
los comicios, porque años y meses antes determinaba el que sería el
sucesor. Le bastaba con la selección del candidato.
2.
La “guerra sucia” es la guerra donde los acuerdos no existen, no se
aplican o son descaradamente violados. No debe olvidarse que la política
es una guerra aparentemente pacífica, pero tras ella hay intereses
contrapuestos porque una minoría quiere más negocios y más dinero,
mientras la mayoría de la población sólo quiere justicia, paz y que la
dejen vivir. ¿Pueden López Dóriga, Gómez Leyva, Loret de Mola, Marín,
Micha, Trujillo -empleados pagados por Televisa ser aunque sea un
momento independientes? ¿Pueden expresar una opinión crítica a los
intereses de ese monopolio televisivo tras el cual se arrastran? Por eso
cuando anuncian una entrevista a López Obrador lo primero que se ocurre
a cualquier persona honesta es pedirle que no acuda a la guerra sucia
para evitar que lo crucifiquen o por lo menos se burlen. Pero AMLO
estuvo presente y se defendió con patas y manos arriba del escarnio que
querían hacer de él lo impulsadores de Peña Nieto.
3.
Algunas encuestas ubican a AMLO a 14 puntos de Peña, pero el diario
Reforma colocó a López Obrador a cuatro puntos de distancia del puntero
la semana pasada, lo que lo llevó a decir que había un “empate técnico”.
La empresa Consulta Mitofsky de Televisa colocó a Peña Nieto con el
43,6 por ciento de las preferencias efectivas, 14,4 puntos más que López
Obrador, que reúne un 29,2 por ciento y que la oficialista Josefina
Vázquez Mota marcha en tercera posición con el 25,4 y, en un lejano
cuarto lugar, se ubica el ambientalista Gabriel Quadri con el 1,6 por
ciento. Por ello tanto el PRI como el PAN han intensificado sus críticas
a López Obrador en sus discursos y anuncios de radio y televisión. En
los mensajes recuerdan el bloqueo que protagonizó en el Paseo de la
Reforma, su polémica frase “¡que se vayan al diablo con sus
instituciones!” y se cuestiona su honestidad. En un spot Vázquez Mota
personalmente dice que López Obrador llevaría “a la quiebra la economía
de México”.
4.
Parece que –aunque no gobierne Fox, pero gobierna Calderón que es peor-
se busca reeditar 2006, es decir, imponer en la Presidencia al
candidato del PRI-Televisa (Peña Nieto) y provocar que López Obrador
llame nuevamente a las protestas. ¿O piensan acaso que AMLO se ha
acobardado, que ya está viejo, y que nadie lo seguiría en las acciones
que planee? En 2012 ya no nos encerraríamos en el Zócalo, Madero, Juárez
y Reforma, sino cerraríamos bancos, grandes hoteles, bolsas de valores,
embajadas y, sobre todo, carreteras, aunque sean las seis carreteras
que llegan al DF a surtir los mercados y en transporte de visitantes. ¿Y
sabe acaso la policía política de gobernación y de la PGR lo que
pasaría en los demás estados de la República si la guerra sucia continúa
y a pesar de ello se realizan los comicios? Por ello el movimiento
estudiantil y su gran movilidad tienen una enorme importancia en el
país.
5.
Pienso que López Obrador no se va a acobardar escuchando el canto de
las sirenas como lo hizo Madero en 1911 después de derrocar a Porfirio
Díaz. Habrá entendido AMLO que no es un asunto de más o menos votos sino
de órdenes del imperio, del empresariado, del clero, para que no llegue
por “peligroso”. Ya lo ha dicho la panista: “AMLO llevaría a la quiebra
la economía de México” porque se opondría a las inversiones
extranjeras, a la privatización del petróleo y la electricidad, a la
reforma de la ley del trabajo, en una palabra, a las reformas
estructurales; contrario a las posiciones de Peña Nieto, Vázquez Mota y
Quadri que apoyan la total apertura de la economía. La guerra sucia no
es el robo de votos el día de las elecciones, como dice el IFE, sino la
absoluta desigualdad en el desarrollo de las campañas provocada por el
dinero y el trato de los medios de información. En tanto unos hacen su
campaña en avión y helicópteros otras lo hacen a “ras de tierra”. Unos
son ensalzados por los medios y otros son siempre calumniados.
6.
Deberán continuar los movimientos de masas en las calles que tanto
miedo causan a las clases dominantes. Si bien los profesores de Oaxaca
han levantado su plantón, muchos de los profesores se han trasladado a
la ciudad de México para engrosar las filas de la CNTE junto con
Michoacán, Guerrero, Chiapas, el DF. Por otro lado los estudiantes han
incrementado sus batallas en la misma medida en que Televisa, TV Azteca,
el PAN y el PRI, buscan frenar sus críticas en las distintas escuelas y
universidades. Los estudiantes participan en política, muchos
individualmente, pero como organización no pertenecen a partido alguno
por eso se han declarado independientes. Sin embargo los enemigos del
movimiento no han dejado de decir que son instrumentos de López Obrador
por el sólo hecho de coincidir con las críticas que él hace al PRI, al
Gobierno, al PAN y a la cacique magisterial Esther Gordillo. Si esa
persecución continúa, puede radicalizarse el movimiento.
7.
Así que de entrada hay que exigir fin de la guerra sucia contra el
lópezobradorismo para alejar a 2006. Si esa guerra se prolongara los
culpables son indiscutiblemente el PRI, el PAN, los medios de
información, incluso el IFE que no ha podido o querido hacer nada. El
Movimiento Progresista debe cuidar muy bien las casillas para que no lo
despojen de los votos, pero lo importante es lo que sucederá en los
próximos 20 días en que se pretende agudizar la guerra sucia. Si bien el
PRI y el PAN parece que se confrontan, cuando tienen a un “enemigo”
como AMLO que busca que las cosas sufran un “cambio verdadero” se unen
para golpearlo. Ahora es cuando los lópezobradoristas deben demostrar su
inteligencia y su capacidad de trabajo, pues ya no puede haber pasos
atrás. Veremos si son capaces de defender con garra sus posiciones o se
dejarán vencer por quienes se consideran los dueños de México. Esta es
la última oportunidad, aunque la vida continúa.
Pedro Echeverría V.
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