1.
La permanente campaña de Televisa, TV Azteca y Radio Fórmula para
desprestigiar a Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de llevar a
la Presidencia de la República a Enrique Peña Nieto no descansa; además
que no es gratuita sino que es bien financiada porque ha sido –según el
periódico inglés The Guardian- y es producto de acuerdos firmados
desde 2006 por Televisa, Peña Nieto y el PRI. El despojo que sufrió
López Obrador en 2006 y la enorme campaña de esos medios de información
mexicanos contra él han estado contemplados dentro de esos acuerdos en
los que esos medios se embolsaron miles de millones de pesos del
presupuesto público y en dineros privados; no se está seguro si también
del narcotráfico.
2.
A raíz del maravilloso movimiento estudiantil surgido el 11 de mayo
pasado, del anuncio del diario Reforma de que López Obrador estaba
apenas a cuatro puntos del candidato del PRI-Televisa, Peña Nieto y del
masivo mitin juvenil de AMLO en la plaza de Tlatelolco (Plaza donde
fueron asesinados cientos de estudiantes en 1968), los funestos medios
de información, el gobierno del PAN y el PRI, han inventado todo tipo de
campañas para calumniar a López Obrador. Inventaron una cena donde sus
simpatizantes pidieron dinero; de que en el mitin de Tlatelolco apoyó la
lucha armada; y ahora dicen que AMLO ha inventado que reduciendo a un
50 por ciento el salario de los altos funcionarios, pensiones, y
privilegios alcanzaría para hacer mucho sin vender PEMEX.
3.
El movimiento estudiantil surgió hace un mes contra las mentiras y
manipulación de Televisa y demás medios; sólo secundariamente contra
Peña Nieto que es su pelele para la Presidencia de la República. Los
jóvenes estudiantes no odian a Peña, sino a los funestos medios que
forman un terrible monopolio que busca hacer más tonto al pueblo
manipulándolo a su gusto. Pero los estudiantes despertaron y están
profundizando su movimiento para obligar a los magnates televisivos a
cambiar y al pueblo a darse cuenta de que es víctima de los peores
engaños. Ahora esos funestos medios tratan de demostrar que están
abiertos a escuchar, pero nadie les cree; porque lo que realmente
quieren es que el movimiento se divida, se debilite y desaparezca.
4.
Pero cada día el movimiento -que ha declarado ser político, pero
apartidista- o sea que (sí es político porque interviene para que las
cosas se transformen socialmente, pero no pertenece a partido alguno ni a
una ideología particular), es más fuerte y su pensamiento más claro. Ha
comenzado a declarar que trascenderá las elecciones del 1 de julio y
continuará luchando contra la manipulación de los medios de información,
del PRI y del gobierno. Saben los estudiantes que en ese proceso se van
a ir enraizando en los problemas del pueblo mexicano y de acuerdo a
ello se irán convirtiendo en una fuerza organizada de masas. Ellos no
son de la derecha empresarial ni de la izquierda socialista, pero al
oponerse a la manipulación televisiva están con el pueblo.
5.
Algunos han reflexionado sobre lo que sucederá después de los comicios
del 1 de julio con las grandes movilizaciones que se lograron entre
decenas de miles de estudiantes con el objetivo de cuestionar y
enfrentar a Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula y a su candidato
presidencial Enrique Peña Nieto. La respuesta parece simple: depende de
quien haya sido electo presidente y del trato o el acuerdo que realice
con el movimiento. Si gana el PRI o el PAN con su habilidad política, la
de los medios de información, de los empresarios, con la mano en la
cintura pueden integrar a estudiantes a sus gabinetes, a sus asesorías,
a direcciones, a varios jóvenes “claves” que permitan desmovilizar a
los estudiantes.
6.
Pero es más interesante preguntar si los estudiantes en las próximas
dos semanas tendrán la fuerza para evitar que Peña Nieto sea impuesto
por el PRI y los medios de información en la Presidencia de la
República, que ha sido su objetivo inmediato. ¿Será posible de que
logren esa hazaña a pesar del poco tiempo que queda? Si partimos de un
México en el que los estudiantes han estado desmovilizados durante 12
años; de que en ese tiempo el proceso de privatización educativa ha sido
grande tanto por el crecimiento de número de escuelas privadas como por
la privatización de la escuela pública; coincidiendo con dos gobiernos
panistas que han profundizado la privatización en la educación
lesionando de manera particular a la escuela pública.
7.
Eso pasó con los estudiantes en 1968 después de la brutal represión y
matanza de octubre en Tlatelolco. Los más notables y oportunistas se
vendieron al PRI y al gobierno por “un plato de lentejas” y siguieron
allí sin el menor rubor; otros ingresamos como profesores en las
universidades pensando ilusamente que allí –con nuestros partiditos
marxistas- haríamos la revolución; pero el grupo más valioso, el más
consciente e indignado, formó guerrillas urbanas y rurales con la
esperanza de derrocar a la clase política que continuaba en el poder. La
década de los setenta fue la de la guerra sucia porque miles de
auténticos luchadores sociales murieron asesinados por el gobierno. Pero
eso si, siempre tuvimos las argumentos necesarios para justificar
nuestra posición política.
8.
No sabemos lo que pasará. López Obrador nuevamente está en la orilla de
la Presidencia. En 2006 lo despojaron de ella con la combinación de
empresarios, medios de información, el PRI y el PAN. AMLO confía en que
está arriba en las pocas encuestas honradas, pero no debe olvidarse que
se están invirtiendo muchos millones de pesos en compra de votos, es
decir, en regalos, dinero, promesas. Los electores deberían estar
conscientes de esa realidad, pero no hay que olvidar que Televisa y TV
Azteca controlan parte de la conciencia del pueblo mexicano. Si Televisa
y el PRI se imponen a la mala quizá estén jugando al levantamiento del
México bronco. Los únicos culpables de lo que pase sería la clase
dominante.
Pedro Echeverría V.
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